jueves, 23 de abril de 2009

*Volver a ver la tierra bajo tus raíces*

La sensación al despegar, Barajas, agosto 2008, era de una extraña emoción con algo de miedo al olvido. Pensaba yo que iba a llorar, pero no lo hice. Las circunstancias ayudaron, porque casi era mejor dejar todo aquello atrás, todo aquello que luego pasé a llamar "toda esa mierda". Y he despegado muchísimas veces desde entonces, y todas han llevado sensaciones diferentes.

La última fue la de volver al sitio al que pertenecía. Cuando oí el primer hello (agosto, 2008), pensé que jamás iba a hacer de eso mi vida. Y me he sentido así mucho tiempo, hasta la última vez que despegué, que incluso fue reconfortante.

Me gusta formar parte de un grupo, creo. Supongo que es algo social, una de esas características humanas a estudiar. Y siempre he formado parte de grupos, y me gusta. Creo que la última vez que pensé estar en el grupo no era el mío. No es que ya no forme parte del antiguo, es que... todo evoluciona, y es inevitable quedar fuera de la evolución cuando no estás para formar parte. Aunque nadie se dé cuenta y a veces no importe realmente. Lo que importa es que todos sigamos formando parte de un grupo, de alguno, y todos seamos felices. Es una suerte que salir de élno haya sido tan tramático como se supone que iba a ser (porque, alguna vez, agosto, 2008, supe que así ocurriría, antes o después, más o menos conscientemente).

Lo que va relacionado a, por seguir con el experimento humano, qué increible es que el tiempo y el espacio no sólo lo curen todo, si no que cierren heridas que no eran conscientes o que reparen taras anteriores de la personalidad. O, dicho sin ralladas, consigan cambiarte tanto que ni tú te reconozcas.

Quién hubiera dicho que llegaría un momento en que las cosas más importantes de mi vida... me dieran igual. Relativizo. Hacía mucho que no cambiaban mis preferencias, y han vuelto a hacerlo.

Lo mejor de todo, y qué positivo me está saliendo este blog, es que, yo (abril, 2009), estoy muy contenta. Y ya no podéis pararlo.


Sed felices!!

2 comentarios:

  1. El miedo al cambio siempre acaba, con el tiempo, con la conclusión de que ha merecido la pena. A veces somos más conservadores de lo que pensamos y queremos que todo siga como siempre, cuando el cambio es muchas veces evolución. Yo sabía que después de algunos mails depresivos encontrarías tu lugar y acabarías por decir que esto te ha hecho feliz, que relativizar a veces viene bien, más cuando lo que es relativo es "toda esa mierda". Despega tantas veces como puedas, no dejes de retener momentos y de pertenecer a grupos, a cualquiera, a miles de ellos, porque lo necesitas (seguramente todos lo necesitemos). Nadie puede pararte, no dejes que nadie lo haga. Me alegra leerte tan radiante. Te quiero!!

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  2. Muchas veces tenemos miedo a cambiar, pero cuando llegan los cambios, no nos importa, porque no nos importa dejar atrás las cosas que se quedan antiguas, es la indiferencia, ¿qué triste, no? no creo, me es indiferente.

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personas se calzaron las alas!