miércoles, 30 de diciembre de 2009

*Y no amanecerá hasta que no ilumines la función*

Pasa cada año. Llega otra vez la Navidad.

Hace tres años la emoción ante nuevos sentimientos totalmente desconocidos. Hace dos, la intriga a lo que pasaría y la nostalgia. Hace uno, mucho más dolor del soportado. Este... el vacío. De sentimientos, sensaciones, pensamientos.

Un coche en el que no quería estar, unas conversaciones que no revelaron nada, unos silencios que reflejaron la realidad a la que nadie se quiere enfrentar, y a la que tarde o temprano alguien se enfrentará. O no... porque para qué repetir, si no quiere entender...

Más ganas que nunca de salir de aquí para refugiarme en la pañoleta, enfrentarme al frío con un saco nuevo, disfrutar de lo que sé que me da cobijo. Y tampoco encontrar exactamente lo que buscaba. Al fin y al cabo, no es lo mismo, pero no dejo de estar a gusto, y encuentro mis valores más fuertes y establecidos que normalmente. Las ideas claras, aunque sean diferentes de las que el mundo desearía, y poca intención de ser algo que no quiero. Y lucha continua, contra mí y lo que aún me escuece, y contra lo que intenta hacerme diferente. Apoyada en lo único que siempre ha estado y que siempre estará, y que por suerte ahora tengo más cerca que nunca.

¿Cambio? ¿Crisis? No... búsqueda. Porque este no es mi sitio. Porque no hago lo que me gusta, o no lo estoy disfrutando como debería. Porque a mí me gusta ser feliz, y se me está olvidando que eso es lo primero. No es estar triste, no es estar mal, es... reubicar para seguir. No me pidáis deslumbrar.


lunes, 14 de diciembre de 2009

*Y no sé si decírtelo*

No.

Mira, es que yo no dije que fuera perfecta. Yo dije que era especial, que era diferente. Pero no perfecta. Soy diferente porque no soy como los demás, porque no me gustan las mismas cosas y no me contento con poco ni con mucho, sino con lo otro. Porque ser especial no es bueno, y yo no dije que fuera a serlo. Es más, probablemente dije que fuera a ser difícil. ¿No te gusta? ¿No lo necesitas? Vete en silencio...

No.

Es que yo no quise ser la muñeca de los sueños de nadie. Es que yo no quise ser una muñeca. Es que yo no soy una muñeca. No quiero serlo. Y si soy una princesa, quiero llevar vestidos rosas y comer lollypops y pasar de las piruletas y los tacones. Yo no pedí un mundo encantado, porque me gusta volar, pero en el mundo real.

No.

Yo no prometí cambiar el mundo. Prometí intentarlo y lo intenté. Pero eso no iba a significar que lo fuera a cambiar o que yo arreglara las cosas. Hice lo que pude y no funcionó, y a lo mejor no sirvo para cambiar nada, así que no tengo por qué ser yo la que lo haga.

Encontré la fórmula de la magia antes de saber que era un hada, pero no dije que fuera a llevarla a cabo. Fui un hada pero no firmé hacer magia para siempre.

No.

No pretendí revelar nada nuevo. No pretendía sorpresas o que el mundo pensara que sería competente. Y, si te fijas, nunca lo dije.

No.

No presupuse ser mejor que nadie. No lo soy. Hay mucha gente mucho mejor que yo, y no lo negaré nunca. Y si yo lo sé, tú lo sabes y él lo sabe, y buscas alguien mejor, lo encontrarás. Si no soy yo, ahora ya puedes olvidar.

Porque cambié, mejoré, maduré, superé, avancé, relativicé, me esforcé, retrocedí, pregunté y subí.

Yo no dije hasta cuando iba a seguir haciéndolo. Ahora, estabilicemos. Si hay algo que no te gusta, cámbialo. Yo ya lo hice.



domingo, 29 de noviembre de 2009

*Y se resbalan tus dudas, tus manos, tus ganas, y el viento...*

Es domingo otra vez, y hay partido de esos "importantes". Dudo que haya más de tres personas en el país delante del ordenador.

Y aquí estoy.

Podría ser por muchas razones, pero yo creo que es más el no saber que hacer lejos de la pantalla. Lo que hace que tampoco haga nada muy útil aquí y me vaya a sentir mal dentro de poco.

Los domingos son días duros. Echar la culpa a la resaca no funciona, porque hace tiempo que no hay resaca. Hace domingos, quiero decir.

A lo mejor es Luis Ramiro, a lo mejor es que llueve, a lo mejor son las conversaciones que hay que evitar hasta que es inevitable. Igual es el futuro, podemos ponernos profundos.

O que a veces se echa de menos seguir el camino marcado, pero el mapa, inventarlo.

Y si ayer era el día. Si hoy por fin llegué a la meta. Si al fin se acabó. ¿Por qué?


jueves, 5 de noviembre de 2009

*Pisando hojas de ciudad en mes de otoño*

Con Octubre muere en Vetusta el buen tiempo. Al mediar Noviembre suele lucir el sol una semana, pero como si fuera ya otro sol, que tiene prisa y hace sus visitas de despedida preocupado con los preparativos del viaje del invierno. Puede decirse que es una ironía de buen tiempo lo que se llama el veranillo de San Martín. Los vetustenses no se fían de aquellos halagos de luz y calor y se abrigan y buscan su manera peculiar de pasar la vida a nado durante la estación odiosa que se prolonga hasta fines de Abril próximamente. Son anfibios que se preparan a vivir debajo del agua la temporada que su destino les condena a este elemento. Unos protestan todos los años haciéndose de nuevas y diciendo: «¡Pero ve usted qué tiempo!». Otros, más filósofos, se consuelan pensando que a las muchas lluvias se debe la fertilidad y hermosura del suelo. «O el cielo o el suelo, todo no puede ser».


Ana Ozores no era de los que se resignaban. Todos los años, al oír las campanas doblar tristemente el día de los Santos, por la tarde, sentía una angustia nerviosa que encontraba pábulo en los objetos exteriores, y sobre todo en la perspectiva ideal de un invierno, de otro invierno húmedo, monótono, interminable, que empezaba con el clamor de aquellos bronces.


Aquel año la tristeza había aparecido a la hora de siempre.

El frío vacía las palabras, y se revaloriza el calor de los abrazos y la cercanía. A veces una no se puede permitir lujos...

Han pasado muchas cosas en un año. Pero han pasado muchas cosas en dos. Y muchísimas en tres. Y siempre nos quedará el consuelo... seguirán pasando cosas. Dentro de un año, habrán pasado muchas cosas más. Empieza a contar, o deja de mirar la fecha.

Todas estas locuras las pensaba, sin querer, con mucha formalidad.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

*Tu culo no es mi culo*

Crisis significa cambio. Esto os lo he dicho muchas veces.

En standby de cambios y crisis, llegó septiembre. El futuro poco decidido y las fuerzas perezosas. Aunque me desencadené en agosto y eso me había dado una ligera sensación de necesitar algo nuevo y grande, de que había cosas que, a pesar de haberlas aparcado relativamente un año, se me estaban haciendo pequeñas.

Y llegó el movimiento esperado. Empiezo a pensar que hay algo que me persigue dándome exactamente lo que necesito. Una estrella. Y aunque no es bueno confiar en las estrellas, que nunca sabes cuánto de fugaces son, no me vienen mal.


También, después de tanto tiempo evitando la reflexión, encontré el foro idóneo. Con poco tiempo para hacerlo, pero con muchos incentivos. Este tipo de cosas suelen venir siempre de este tipo de foros, rodeada de la gente que sigue este, nuestro modo de vida, que tan poco se puede comprender.

Descubrimos un sabor nuevo. El sabor de algo que siempre ha estado ahí, pero nunca hemos sabido cómo llamarlo. Un sabor que trae muchas cosas que ya intuíamos: Que el mundo es nuestro, que somos la nueva generación, que nos toca coger las riendas, que mejor estemos preparados, que tenemos que decir no. Que carguemos las pilas, miremos a nuestro alrededor, analicemos y nos pongamos manos a la obra.

Y el sabor viene de manos conocidas, que se unen de nuevo para crear movimientos que revolucionen el sistema, que ríen, hablan, se emocionan, comparten, discuten, graban, tardan, pasean, buscan, duermen, agotan la vigilia, se reflejan en escenas de películas, repiten tonterías, sacan otra sonrisa, se examinan, se abrazan, se dibujan, se tocan, se disfrazan, se escriben.

Al quinto sabor se le ha llamado umami. Al movimiento se le ha llamado umami. Pero umami son las personas. Regreso de golpe a la realidad de la que salí y en la que no me acababa de encontrar de vuelta. Rehago mi hueco. Me lo regalan, creo. Ahora sí. Y es mío, y tengo claro qué quiero hacer. No sé a dónde voy, pero sí sé cuál es el camino y quién va a mi lado. Gracias a dios, que van a mi lado. Gracias a dios que había gente que podía recordarme por qué estoy aquí, que llamó mi atención, que me hizo parte de esto.

De todas maneras, y como siempre... nunca se siente más, nunca se aprende más, nunca se aclara más... que con una pañoleta al cuello. Sea del color que sea.

lunes, 14 de septiembre de 2009

*Río, lloro y paso de todo... por el bien de los dos*

Al final va a ser verdad que Septiembre no es un mes muy bueno. Y eso que no me puedo quejar...
La riada de gente es tan densa que cuesta trabajo caminar al revés, y eso ayuda a no pensar demasiado. No pensar si tienes crisis o no, no pensar qué es bueno o malo, no pensar que hay cosas buenas o malas. Deja poco tiempo a la reflexión, y tampoco es preocupante, que ahora no haya reflexión. Las pocas veces que la hay no es demasiado profunda.
Ritmo frenético, un sentimiento de culpa cuando una pequeña idea del deber cruza la mente y el ahogar de nuevo ese resquicio, amigos, gente, música, problemas ajenos... qué más da. Baila y que sigan tus pasos.
No se me había ocurrido nunca pensar en Septiembre. Es el mes en el que deben empezar las agendas. El mes de esperar a que las cosas empiecen. Quizá si sea un mes de espera. Quizá no, quizá sea un mes de desesperar el final, en vez de esperar al principio. Un mes para ver las chicas pasar.
Hoy llegué a una conclusión acelerada. Si estás allí, y no te sientes dentro... es que te sientes fuera. Si antes estabas dentro y ahora no, es que has salido. Si tú no has visto cómo salías, es que te han sacado. Y para que alguien te saque de algún sitio, algo tienes que haber hecho. Madurar, esa ha sido mi conclusión acelerada. O mi consuelo. O el consuelo está en que, al fin y al cabo, madurar es algo por lo que pasa todo el mundo, cada uno a su ritmo y con distintas consecuencias, pero hay que pasarlo. Así que, aunque los caminos se separen a veces, siempre volverán a juntarse, un poco más adelante. Sigue caminando.
Crisis significa cambio. No sé si estoy cambiando ahora. Quizá no esté en crisis, si no en fase de adaptación. Porque si te vas (y tú sola te sales) y vuelves... tienes que adaptarte, que el resto sí tuvo crisis. Septiembre es un mes de adaptación, al final. A todo.
Sed felices!!

lunes, 31 de agosto de 2009

*Y que el sol nos descubra bailando*

Ella, que es muy sabia, escribió el otro día que los años empiezan en Agosto. Tiene razón. No hay por qué marcar el principio en Enero, sólo porque lo dijera un... romano? En Septiembre empezábamos el cole, el insti, después la facul, luego el máster, luego la vida inglesa, ser profesora... las agendas empiezan en Septiembre. La vida comenzó en Agosto.

Llega Agosto, con él un año nuevo. Lo celebramos a lo grande, vomitando todas las cosas malas que había bebido el año anterior. Así se recicla. Reciclar es bueno. Porque lo malo se tira. Ya lo tiré, ya casi no lo recuerdo. Lo demás se recicla, pule, y ahí está, otro año.

A lo grande, he dicho. En medio de una crisis mundial. Todo alrededor está en crisis, y no sé cómo afrontarlo o ayudar, porque a veces no me siento dentro. Escapar un año suponía no saber qué encontrar a la vuelta. Intenté mantener un sitio pero era imposible, y ahora hay que rehacerlo. Quizá es mejor tener un sitio nuevo para hacer que recuperar el anterior. Son muchas posibilidades. Y mientras veo al mundo caer en la crisis, escucho y pienso. Y tomo el sol que no me dio en un año. Y es un sol muy grande, el que me da ahora. Adoro al sol.

Y de repente, en Agosto... el futuro. Empieza Septiembre. Busca trabajo, haz la memoria, no puedes entrar en tu habitación, yo a esa edad casi te tenía a ti... Empieza Septiembre, y empezaré a pensar. Ahora. En Septiembre. Lo juro.


Sed felices!!

domingo, 10 de mayo de 2009

*Para mis penas de princesa*

Dos películas para niños.
En la primera, miles de referencias a todas las películas Disney de todos los tiempos, pero ella esta vez tiene que viajar al mundo real, y allí la gente no vive en un cuento (aunque se fabrique los vestidos con cortinas). Al final, salva al príncipe y decide quedarse en la realidad. Un gran y divertido acierto, a mí parecer. Al fin y al cabo, puedes vivir una fantasía si te lo montas bien, ¿no?
En la segunda, resulta que Tim Burton no dirigió (y probablemente fue lo único que no hizo) Pesadilla antes de Navidad, y lo hizo un tal Henry Selick. Unas gafas 3D y nos metemos en el mundo de la magia oscura, ya conocido, y salimos encantadas del cine, pensando una vez más que, o estas películas no son para niños, o yo soy muy niña.
Como tampoco hay mucho más, hablemos del tiempo. Y que alguien me explique cómo es posible que haga frío cuando hace sol, y calor cuando hay nubes, y cómo es posible que siga lloviendo si ves el cielo azul, ni rastro del arco iris.
Da igual, yo tengo mi rayo particular. Me aprovecho de mi felicidad. Miro las gigantes flores rojas que nos están creciendo en el jardín (y duran, como mucho, tres días. Efímera belleza...) y pienso que, afortunadamente, ha vuelto la primavera. En todos los sentidos.
Sed felices!!

viernes, 8 de mayo de 2009

*Que no hay mayor libertad que tenerte enfrente*

Hoy tenía varias cosas que decir, pero el tiempo me lo impide. Escribiré, entonces, la más importante.
Sigo descubriendo.
He vivido mucho tiempo en la creencia de ser feliz en libertad. Pero la libertad es un concepto abstracto difícil de explicar, y difícil de sentir.
Fui libre al decidir cambiar de país. Fui libre el día que decidí olvidar. Libre al elegir el silencio, y libre al decidir que ya no iba a callar más lo que pensaba.
Cada paso dado en libertad me ha llevado, sin duda, a ser un poco más feliz, o a ser un poco más yo.
Tengo miedo de que la libertad se quede sin alas, y ese temor me ha perseguido siempre. Reconozco que a veces ha impedido que hiciera una u otra cosa, lo que no deja de ser contradictorio... Esas cosas se superan con tiempo. Aprendiendo. Y aún sigo en ello.
La mezcla de libertad y felicidad me ha llevado muy arriba esta vez, y vuelvo a preguntarme cuándo una persona es completa. Mi libertad me deja dar un paso más, tomo la decisión de compartir, libre, mi camino, y no me siento menos yo. Y estoy más contenta. Supongo que es porque quiero en libertad, como nos conocimos.
Como ya dije un poco antes, ya nada puede pararme.
Que en la inmensidad sigues estando tú, y solamente tú sabrás cómo encontrar caminos que abrirás para poder llegar siempre a lo más valioso que tendrás, a tu libertad. Y que no se pierda, independientemente de con quien la comparta.
[Y no será, esto, un poco de reacción contra el miedo que sigue ahí, cada vez más pequeñito?]
Sed felices!!

jueves, 23 de abril de 2009

*Volver a ver la tierra bajo tus raíces*

La sensación al despegar, Barajas, agosto 2008, era de una extraña emoción con algo de miedo al olvido. Pensaba yo que iba a llorar, pero no lo hice. Las circunstancias ayudaron, porque casi era mejor dejar todo aquello atrás, todo aquello que luego pasé a llamar "toda esa mierda". Y he despegado muchísimas veces desde entonces, y todas han llevado sensaciones diferentes.

La última fue la de volver al sitio al que pertenecía. Cuando oí el primer hello (agosto, 2008), pensé que jamás iba a hacer de eso mi vida. Y me he sentido así mucho tiempo, hasta la última vez que despegué, que incluso fue reconfortante.

Me gusta formar parte de un grupo, creo. Supongo que es algo social, una de esas características humanas a estudiar. Y siempre he formado parte de grupos, y me gusta. Creo que la última vez que pensé estar en el grupo no era el mío. No es que ya no forme parte del antiguo, es que... todo evoluciona, y es inevitable quedar fuera de la evolución cuando no estás para formar parte. Aunque nadie se dé cuenta y a veces no importe realmente. Lo que importa es que todos sigamos formando parte de un grupo, de alguno, y todos seamos felices. Es una suerte que salir de élno haya sido tan tramático como se supone que iba a ser (porque, alguna vez, agosto, 2008, supe que así ocurriría, antes o después, más o menos conscientemente).

Lo que va relacionado a, por seguir con el experimento humano, qué increible es que el tiempo y el espacio no sólo lo curen todo, si no que cierren heridas que no eran conscientes o que reparen taras anteriores de la personalidad. O, dicho sin ralladas, consigan cambiarte tanto que ni tú te reconozcas.

Quién hubiera dicho que llegaría un momento en que las cosas más importantes de mi vida... me dieran igual. Relativizo. Hacía mucho que no cambiaban mis preferencias, y han vuelto a hacerlo.

Lo mejor de todo, y qué positivo me está saliendo este blog, es que, yo (abril, 2009), estoy muy contenta. Y ya no podéis pararlo.


Sed felices!!

domingo, 22 de marzo de 2009

Dudas informáticas...

¿


Por

qué


no


funciona


la


separación


de


párrafos


?



[Con lo que me gustaba a mí mi espacio...]

*Eso que ellos llaman nuestra libertad*

Las niñas y los niños son diferentes.
Hay diferencias evidentes, y luego están las otras, las que construimos nosotros.
Así que las niñas llevan faldita, y los niños pantalones, y a todo lo llaman uniforme. Y a las 8:30 de la mañana los tutores de cada casa esperan en la clase correspondiente para revisar si el uniforme es llevado correctamente. Pero sólo para las niñas. Todas, desde los 9 años hasta los 17, van a esa habitación a mostrar que llevan la coleta puesta, no pulseras o colgantes, no maquillaje en exceso. Los niños pueden quedarse abajo jugando hasta que empiezan las clases.
Las casas de los internos dan la vida al colegio y al pueblo. Dos de niñas, tres de niños, divididos por edades. Para ellas horarios y turnos de limpieza, disciplina y saber estar. Todas tienen que saber tocar un instrumento y a mediados del año invitar a los profesores y otras casas a un concierto que amenizaran con algo para picar y pasteles hechos por ellas mismas, y siempre una sonrisa. Así son las niñas inglesas. Y en la casa de los niños no ves las escaleras porque están cubiertas de ropa sucia y arman jaleo hasta que se quedan dormidos. Ningún servicio a la comunidad.
Siempre preparadas, siempre listas. Perfectas y bien educadas, mostrando al mundo la amabilidad y gran capacidad de la mujer inglesa, las buenas palabras y saber cuidar de tu casa.
Y no sé nada de los colegios del mundo, pero hoy me pareció que España se ponía a la cabeza... y aún no sé qué pensar.
Sed felices!!

domingo, 15 de marzo de 2009

*Vuelvo a cantar, aunque prefiero callar esta noche*

Lo bueno de empezar los viernes es que el sábado hay demasiadas cosas que hacer, y el domingo ya no tiene sentido la depresión, así que se puede pensar sin hacer un drama. Lo malo es que no se puede dar todo. Por norma general, que siempre hay excepciones.
Luego está lo de Inglaterra. Pero no es momento de quejas, porque ahora hace sol y se puede pasear sin abrigo. A no ser que vayas a la playa, en cuyo caso tienes que llevar bufanda, guantes y botas, nada de bikinis. Porque este país es así, y en el interior hace calor y en la playa frío. Da igual, ha llegado la primavera y con ella la música triste cambió de color, cambiamos el armario. Qué ilusión lo de cambiar el armario.
Y, con tanto cambio, cambia la mente, también. Ahora está, no sé si por obligación o por gusto, más despreocupada. Más alejada. Que es bueno, o malo, no se ha comprobado. El caso es que en una semana y media va a tener que centrarse otra vez, y eso es como volver atrás. Y eso va en contra de todo lo conocido como progreso. Y eso, a su vez, en contra de lo que habíamos aprendido.
Ais... qué zigzag...
Sed felices!!

jueves, 12 de marzo de 2009

*Muchas puertas por abrir, muchas otras que cerré*

Probando, probando...

Digamos que esto empezó siendo mi resolución de año nuevo. Luego fue la de año nuevo chino, y más tarde dije que después de vacaciones. Y al final, lo acabo haciendo hoy.

Hoy, por qué no. Hoy que me siento bien. Mejor empezar así, que llorando.

Hoy, que he descubierto que me gusta trabajar en lo mío, y acabar agotada cada noche, repasando todo el español que sé.

Hoy descubrí que puedo ser buena en lo mío, que quizá no me he equivocado tanto. Sólo hay que buscar un poquito de motivación. Y eso está dentro de uno mismo.

Descubrí que puedo mezclar las dos cosas que más me gustan en el mundo y que me da más miedo separar. Lo que significa que igual estoy preparada para empezar mi memoria. Un día de estos.

Hoy que un alumno me ha demostrado que puede darme una clase magistral con un examen oral en otro idioma. Que un inglés de 16 años puede llegar a ser mucho más profundo que algunos veinteañeros nativos de moda.


Y he vuelto a los 15 años. Muy felizmente. A sonreír porque no hay razones para no hacerlo, a estar bien y ni siquiera plantearme por qué, a vivir sin complicaciones, a no tener que pensar demasiado. A sentirme yo, muy yo. Y otras cosas que me pasaban a los 15, bueno, quizá un poco más tarde, pero hemos quedado que a los 15, y que yo no pensaba que fuera capaz de recuperar (y que nunca falte la capacidad de volver a etapas más despreocupadas, tiempos buenos si pudiéramos hacerlo siempre). Así que, bueno, qué mejor momento que este, cuando me siento igual que me sentía al abrir mi espacio, para abrir un blog.


Mejor momento que este, en el que se asoma la primavera, no va a ser. Viva la primavera.


Bienvenidos, y sed felices!!


(Soy yo, o no se pueden usar caritas aquí?? Voy a necesitar muuucha ayuda.)